Historia de la UAEM
La Universidad Autónoma del Estado de México se fundó hace 187 años, en un principio como Instituto Literario del Estado de México, el 3 de marzo de 1828; no obstante, existen antecedentes importantes que contribuyeron a la conformación de éste.
Como primer antecedente, desde 1824 el doctor José María Luis Mora, en conjunto con otros diputados, consideraba necesario establecer un colegio de estudios superiores que se encargara de instruir a los jóvenes para ocupar cargos públicos, entre las principales características de dicho colegio se encontraba la superación del ámbito religioso, ya que el doctor Mora consideraba, acorde con los ideales liberales de los cuales fue precursor, que la educación superior debía ser laica.
Por lo anterior, en febrero de 1827, la Constitución Política del Estado de México contenía en su artículo 228 el establecimiento de un instituto literario que atendiera todos los ramos de la instrucción pública; es así como el 4 de septiembre de 1827 se establece en Tlalpan ─entonces capital del estado─, en el edificio conocido como la Casa de las piedras Miyeras, el Colegio Seminario, producto del proyecto esbozado por Mora y retomado por el entonces gobernador de la entidad, Lorenzo de Zavala.
Posteriormente, el 18 de febrero de 1828 se aprueba el Decreto 95, el cual establece formalmente la creación del Instituto Literario del Estado de México, dicho decreto entró en vigor el 3 marzo de 1828, por lo que se toma esta fecha como la fecha oficial de fundación del instituto.
Con el traslado de la capital del Estado de México a la ciudad de Toluca en 1830, el instituto cerró sus puertas. El 7 de mayo de 1833, mediante el Decreto 296, el Congreso Local facultó al Ejecutivo para restablecer el instituto en Toluca, en el edificio conocido como el Beaterio, mismo que hoy es el Edificio Histórico de Rectoría y aún sede administrativa de la Universidad. A partir de este momento comienza una nueva etapa en la historia del Instituto Literario, caracterizada por una serie de cambios que obedecieron a las circunstancias políticas y sociales tanto del país como del Estado de México. Para 1835, con la entrada en vigor de la Constitución de las Siete Leyes, el instituto cierra nuevamente. En 1846, el gobernador Francisco Modesto de Olaguíbel restablece el instituto con fondos públicos; durante ese mismo periodo Ignacio Ramírez “El Nigromante”, quien formaba parte del gabinete del gobernador y además era catedrático de derecho y literatura, propone una ley mediante la cual los municipios debían enviar a un estudiante al instituto y cubrir sus gastos.
Entre 1847 y 1849 ingresó una de las generaciones más prominentes conformada por Antonio y Manuel Mateos, Alberto García, Jesús Fuentes y Muñiz, Ignacio Manuel Altamirano, entre otros. En 1851 se promulgó la primera Ley Orgánica del Colegio, por el entonces gobernador Mariano Riva Palacio, misma que sería sustituida en 1856 por una nueva Ley Orgánica con la que se adopta el nombre de Instituto Científico y Literario del Estado de México. Es el 15 de septiembre 1887 cuando el gobernador del estado José Zubieta hace entrega del escudo a profesores y alumnos, con los símbolos de la colmena, la estrella y la guirnalda de encino y olivo, como expresión gráfica del lema: “Patria, Ciencia y Trabajo”. Durante los años siguientes, el instituto cambia de nombre, en 1899, a Instituto Científico y Literario “Porfirio Díaz” y, en 1915, a Instituto Científico y Literario “Ignacio Ramírez”; es hasta 1920 que recupera su nombre original.
Al cumplir su primer centenario se presenta por primera vez el Himno Institucional con letra de Horacio Zúñiga y música del compositor Felipe Mendoza, además se coloca la primera piedra del Monumento a los Maestros. Con la llegada de estos primeros 100 años vendría también el inicio de la pugna por una de las principales características de la universidad pública, la autonomía. Durante la década de los años 30 surgieron varios conflictos motivados por la conquista de la autonomía de la Universidad Nacional, el primero se dio en 1933 debido al despido de algunos profesores, hecho que desencadenó una huelga estudiantil, misma que sólo terminó con la renuncia del director del colegio. En dicho paro se hizo presente por primera vez la demanda por la autonomía. En 1938 se declaró otra huelga que permitió a la institución gozar de autonomía, pero sin el reconocimiento oficial de la misma, por lo que en 1943 surge otro movimiento, al que se sumaron alumnos y profesores, éste consiguió que el gobernador Isidro Fabela enviara al Congreso la Ley de Autonomía del Instituto que fue aprobada el 31 de diciembre de 1943.
Una vez conquistada la autonomía, en 1944, llega a la Dirección del Instituto Científico y Literario Autónomo del Estado de México una de las figuras más representativas, no sólo de la Universidad sino del Estado de México, el licenciado Adolfo López Mateos, bajo su dirección se fundó la Escuela de Pedagogía Superior y se impulsaron las actividades culturales. Una de sus más grandes ambiciones como director fue convertir el instituto en universidad, sin embargo, no pudo conseguir dicho objetivo. Dejó el cargo en 1946 y fue nombrado Director ad honorem.
Posteriormente, como Presidente de la República, apoyó decisivamente las actividades del instituto, en 1955 intervino para que se estableciera la Escuela de Medicina, en ese mismo año se elaboraron los proyectos para la fundación de las facultades de Ingeniería y de Comercio; asimismo, la Escuela de Enfermería se reincorporó al ICLA.
En el Estado de México y en Toluca comenzaron grandes cambios que influyeron directamente en la actividad académica; la ciudad inició un proceso de industrialización, por lo que los jóvenes de la entidad demandaron la existencia de carreras profesionales acordes con el desarrollo del estado; es por ello que surgió una preocupación por parte del entonces director del instituto, Juan Josafat Pichardo, por ofrecer nuevas carreras y transformar al ICLA en universidad.
El 13 de marzo de 1956, el gobernador Salvador Sánchez Colín envió a la XXXIX Legislatura Local, la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma del Estado de México, misma que se aprobó el 16 de marzo y entró en vigor el 21 de marzo, coincidiendo con el aniversario del natalicio de Benito Juárez García. El 26 de marzo de ese mismo año se instaló el primer Consejo Universitario, con representantes alumnos y profesores, y se designó como primer Rector de la Universidad Autónoma del Estado de México al licenciado Juan Josafat Pichardo, quien ya había desempeñado el cargo de Director del ICLA en dos ocasiones.
La UAEMéx comenzó sus funciones integrada por la Escuela Preparatoria, la Escuela Superior de Pedagogía, la Escuela de Enfermería y Obstetricia, la Escuela de Medicina y las facultades de Ingeniería, Comercio y Administración. Consecuentemente, en julio de 1962, se aprobó la construcción del campus Colón en terrenos donados por el gobierno federal y, el 5 de noviembre de 1964, el presidente Adolfo López Mateos inauguró la Ciudad Universitaria, ubicada en el Cerro de Coatepec, con las Facultades de Jurisprudencia, Comercio e Ingeniería, así como el Estadio Universitario. Con ello comenzó la última etapa en la historia de la Universidad Autónoma del Estado de México, en la que se consolida la calidad y la diversidad de la oferta académica, se expande la presencia de la UAEMéx en el territorio estatal y se posiciona como una de las principales universidades a nivel nacional.